Un relato corto de Arturo Pérez-Reverte

Reseña de Un asunto de honor (1995) de Arturo Pérez-Reverte

Manolo tiene veintiséis años, es un exmilitar y un exconvicto, es –como dirían muchos–, un bueno para nada, un fulano, uno que compra un polvo cada dos o tres semanas en el Puticlub del portugués.

Por su parte, el portugués Almeida es otro bueno para nada, pero peligroso. Él cuenta con la ayuda de la Nati, y ambos han vendido la virginidad de María, la hermanita de la Nati. ¿Quién ha aceptado esta transacción? Un hombre que cree que todo se puede comprar y vender con dinero, o con violencia.

Un asunto de honor es un relato corto, escrito de un solo tirón y que puede leerse en una sola sentada. Es un thriller y una novelita de navajazos, llena de peripecias, persecuciones y patadas en los testículos. Es como una road movie, con banda sonora incluida: Los Chunguitos; y también es un cuento de hadas: Manolo es el héroe, María la princesa desprotegida, el portugués es el dragón de turno, la Nati es la hermana malvada, la celestina del horror, ¿y el honor? El honor está en el pacto que hizo el portugués y su cliente, y también está en la acción del expresidiario que, sin buscarlo, ahora está metido hasta el cuello en la aventura, en el riesgo, en la equivocación y en el camino errado que lleva a la ruina. Un asunto de honor también es una historia de amor, como de telenovela: María se convierte, de buenas a primeras, en el todo de Manuel, en su única patria por quien se puede matar y morir:

“Y supe por qué los hombres nacen y mueren, y siempre son lo que son y nunca lo que desearían ser” (79).


A pesar de su exterior, Manolo siente y piensa mucho. Pelea y se enfrenta a la injusticia. Es un Llanero Solitario, pero no un santo. Como la obra lo explicita: quiere conjugar la palabra “soledad” y le gusta cuando María usa el plural…

Esta obra de Arturo Pérez-Reverte también es un homenaje directo a La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, no sólo porque es el libro que María relee, sino también por la aventura, la imagen del mar y del tesoro y la mercancía.

La edición incluye el texto: “Cómo Un asunto de honor se convirtió en Cachito”, donde el autor diferencia la escritura literaria de su obra, de la escritura de su adaptación cinematográfica. Narra la manera en que la historia se le apareció frente a sus ojos, la forma en que la escribió y la manera en que debió callarse para que la historia terminara de contarse por sí misma.

Quien no sepa quién es Arturo Pérez-Reverte que revise Internet. De seguro que cuando lo haga seguirá leyéndolo...

Pérez-Reverte, Arturo.
Un asunto de honor.  (2006 [1995]).
España: Punto de Lectura, 104 p. 

Comentarios

Entradas populares